En este Blog pretendo mostrar algunos monumentos, calles, establecimientos tradicionales y leyendas de la ciudad en la que he nacido y vivo. Las fotos las he tomado en los muchos paseos que
doy cuando el tiempo me lo permite y el clima invita a ello.
En Madrid hay unas 20.000 calles. "Al principio no
tenían nombre, más allá de la calle que va de tal sitio a tal otro",
explica el historiador, "a partir del siglo XII la gente las va bautizando;
y no es hasta el XIX cuando el Ayuntamiento se mete a poner orden". Fue
también entonces cuando "los políticos empezaron a ponerle calles a las
gentes ilustres, que lo eran para unos y no tanto para otros". Hoy el
proceso burocrático es ineludible y pasa por la aprobación en un pleno.
Pedro de Répide Gallegos, nació
en Madrid el 8 de febrero de 1882. Estudió Derecho y Filosofía y Letras. Completó sus estudios en la universidad
de La Sorbona, de París, donde sirvió como secretario particular y bibliotecario
de Isabel II durante su exilio en la capital francesa. Durante su estancia en París
recibió en 1900 el primer premio del diario El Liberal por su libro La
enamorada indiscreta. En 1919 fundo La Libertad, donde trabajó hasta
1936. En este último año se pasó al Informaciones, hasta que estalló la guerra
civil. En los periódicos que estuvo pasó por casi todas las secciones haciendo de
crítico teatral, literario, cultural y parlamentario, lo que le permitió conocer ampliamente las distintas
maneras de vivir de los madrileños, sus costumbres, modos de hablar, etc. Répide adquirió
fama sobre todo como gran conocedor del casticismo y de los tipos populares del
Rastro, Lavapiés y Chamberí. Por ello, en 1923, recibió el título de Cronista de la Villa.
Entre las obras de Répide
destacan: Del Rastro a Maravillas, El
Solar de la bolera, La desazón de las angustias, Los cohetes de la verbena,
Del mar Negro al Caribe, La casa
de todos, El Madrid de las Siete Estrellas, El Madrid de
los abuelos, Costumbres y devociones madrileñas, así como una biografía de Isabel
II. En 1937 publicó en Caracas Memorias de un aparecido. Durante la guerra
civil Répide huyó a Tánger y de ahí a Venezuela, y no regresó hasta 1947. Cierto día en Alicante, cayó gravemente enfermo
y sintiendo la llamada de Madrid, la ciudad que tanto amó, vino a despedirse de
ella y murió el 16 de febrero de 1948. Desde su muerte su nombre ha caído prácticamente
en el olvido. Sin embargo se le recuerda por una sola obra: Las calles de Madrid
y que él no llegó a ver en formato de libro pues se publicó veintitrés años
después de su muerte.
En mi recorrido por el Madrid histórico, he tomado como
excusa para hablar de sus calles las placas de cerámica de Talavera que las
identifican y contienen una imagen alegórica de la misma. Por el gran volumen
de calles, me he limitado a la zona donde los nombres de las calles que las
ilustran y adornan están indicados en estos azulejos, es decir, en las calles y
plazas del Madrid histórico.
Estas placas cerámicas son, en su inmensa mayoría, obra de Alfredo Ruiz de Luna González (Talavera de la Reina -Toledo- 12 de julio de
1948 — ídem, 8 de mayo de 2013). Alfredo fue un ceramista nieto de Juan Ruiz de Luna, e
hijo de Antonio Ruiz de Luna, tercera generación de una de las más importantes
sagas familiares de ceramistas españoles.
Alfredo, nieto de Juan Ruiz de Luna, fundador en 1908 de una
fábrica de cerámica artística en Talavera de la Reina, fue a nacer en el alfar
familiar de Nuestra Señora del Prado. Se inició en el oficio con sus tíos Juan
y Rafael, hermanos de su padre, Antonio Ruiz de Luna Arroyo. Con el cierre de
la fábrica en los años 60, se trasladó a Madrid, donde cursó estudios de
arquitectura técnica que terminó en 1971. Ya en la década de 1980, montó su
propio taller artesano.
En 1991 inició sus trabajos para el Ayuntamiento de Madrid,
rotulando en cerámica las principales calles madrileñas, un conjunto de más de 400 calles de todo su Casco Histórico, cada una compuesta, generalmente, con
nueve azulejos de estilo antiguo. Asimismo, decoró con grandes murales de
azulejo la Plaza de Toros de las Ventas, representando a empresarios, ganaderos
y maestros del toreo.
En colaboración con una empresa privada, decoró numerosos
establecimientos hosteleros de la capital. En el año 2000 fue nombrado “Artesano
Madrileño Tradicional” por la Cámara de Comercio e Industria de la ciudad, y el
Museo de la Ciudad de Madrid adquirió varias de sus obras para su exposición
permanente.
Para facilitar la navegación he abierto varias pestañas: